Antaño los materiales que se usaban en las casas eran totalmente naturales, pero hoy en día, se están detectando muchos problemas derivados de las sustancias tóxicas que se desprenden de variados elementos, que se pueden encontrar en nuestro hogar y el medio ambiente.

Las sustancias tóxicas vienen de diferentes vías de exposición como el agua, el aire, el suelo y los alimentos…

Hay una disciplina que se encarga del estudio de estos factores y se denomina Medicina Ambiental.

¿Qué es la medicina ambiental?

La medicina ambiental es un campo multidisciplinario que involucra la medicina, la ciencia ambiental. ​ Puede ser visto como la rama médica del campo más amplio de la salud ambiental.

Hoy en día Alemania e Italia están trabajando mucho la medicina ambiental, demostrando que existe un binomio entre ambiente y salud.

Vivimos en un mundo lleno de estresores para nuestro organismo, como los químicos o  biológicos que nos pueden afectar a nuestra salud y bienestar. En un día normal estamos en contacto con más de 500 sustancias tóxicas.

¿Dónde podemos encontrar esos tóxicos?

Están muy presentes en nuestro día a día.

Por ejemplo, ambientadores con fragancias “naturales” que nada tienen de naturales, una interminable gama de potentes limpiadores (uno para cada rincón de la casa), “antis” para todos los gustos (tapicerías con antimanchas, colchones y almohadas con antiácaros, la alfombrilla del baño con antimoho), la pintura de la pared, el barniz del parquet… ¡Y nuestro hogar acaba convertido en una casa tóxica!

La cocina merece atención especial. Desde los pesticidas que aderezan nuestra comida, a los aditivos de multitud de alimentos, pasando por los envases: latas con Bisfenol A, recipientes plásticos con aditivos químicos, el film transparente que envuelve embutidos o carnes, sin olvidar utensilios de cocina como las sartenes antiadherentes.

La ropa que guardas en tu armario también esconde desagradables sorpresas. Y por supuesto, el PVC y la infinidad de plásticos que nos rodean, incluidos los juguetes o las carcasas de móviles, tabletas y otros dispositivos electrónicos.

Donde encontramos los tóxicos

Otras fuentes de exposición son las emisiones de las incineradoras de residuos, los vertidos de la industria química o los pesticidas, que contaminan el aire, el agua y los suelos. Y no sólo en las zonas próximas, puesto que las sustancias tóxicas son dispersadas por el aire y transportadas por ríos y corrientes oceánicas.

Los pingüinos de la Antártida o las poblaciones indígenas del Ártico tienen en sus cuerpos sustancias tóxicas producidas y utilizadas a miles de kilómetros de sus hábitats naturales.

Hoy se emplean normalmente una enorme cantidad de  productos sintéticos y materiales nuevos. Muchas veces contienen sustancias tóxicas.

Los materiales presentes en una casa acaban liberando parte de las sustancias que contienen y estas acaban pudiendo ser absorbidas por nosotros a través de vías como la respiración.

Las fuentes de estas sustancias contaminantes pueden ser muchas: Pinturas , barnices, maderas tratadas, plásticos, tuberías, conducciones de agua, electrodomésticos, aislantes… Y también pueden ser muchas las sustancias que se liberan desde ellos: formaldehído, benceno, plomo,  bisfenoles, cromo, arsénico, zinc, cadmio, ftalatos, pentaclorofenol, cloruro de metileno…

Hay situaciones en las que estos problemas pueden hacerse más evidentes y perceptibles fácilmente como cuando se estrena o reforma una vivienda. Son situaciones en las que los niveles de emisión de sustancias desde los materiales son más elevados.

Sin embargo, el que en ésas situaciones concretas el problema se haga más evidente, no implica que el problema de la presencia de contaminantes no perdure después, aunque baje la emisión de algunos de ellos como los compuestos orgánicos volátiles.

Uno de los grandes problemas en esta cuestión es, precisamente, la dificultad a la hora de percibirlo.

Pocas veces los efectos son inmediatos. Normalmente se trata de efectos de sustancias a dosis muy bajas y a largo plazo. Y, además, el hecho de que ésas exposiciones se den de forma continuada, contribuye a que, al estar habituados a ellas, no tengamos la sensación de estarnos exponiendo a nada perjudicial.

Si en algún caso manifestamos algún síntoma o algún problema de salud será raro que podamos asociarlo a nada que haya en nuestro hogar. Es, en definitiva, una amenaza invisible. A lo más que llega a veces es a manifestarse a través de algún olor, muchas veces leve, y que en no pocas ocasiones hasta podemos juzgar agradable.

Normalmente solo notamos olores más fuertes tras situaciones como las dichas de una casa nueva o recién reformada. Entonces los niveles de emisión de sustancias como los compuestos volátiles de los disolventes de pinturas o adhesivos, son especialmente altos.

Según pasa el tiempo decrece ésa intensidad, pero hay materiales que seguirán emitiendo contaminantes durante años.

En algunos casos, especialmente en las situaciones más evidentes, muchas personas podrán mostrar síntomas muy parecidos a los de una gripe , migrañas, síntomas alérgicos o asmáticos, molestias  en la garganta…  Y si se retiran del espacio contaminado mejoran.

Pero, lamentablemente, los problemas de salud que potencialmente puedan causar muchas de las sustancias contaminantes van más allá de los descritos como vemos en otros apartados de esta web.

¿ Qué podemos hacer para evitar las sustancias tóxicas?

Utilizar sistemas de limpieza ecológica y libres de sustancias tóxicas.

Como puede ser las soluciones Ecomodo o Hidrolux O3

Comprar productos Ecológicos

Intentar comprar alimentos biológicos, cosmética y productos de higiene personal naturales, productos de limpieza ecológicos.

Mantener la casa libre de polvo

Ecologistas en Acción advierte que los contaminantes hormonales liberados de productos de limpieza, materiales plásticos, pinturas de pared, productos de higiene, o humos, se concentran en el polvo.

Por lo tanto, es importante mantener el lugar donde se habita o trabaja lo más limpio posible.

Menos “ambientadores” y más ventilación

Los aerosoles de fragancia para el hogar contienen múltiples sustancias químicos pero lo más destacable por su peligrosidad son los Ftalatos.

Se encuentran en los productos para el hogar con fragancias como los ambientadores, o detergentes. Según Ecologistas en Acción, los Ftalatos son disruptores endocrinos y pueden provocar daños en el sistema reproductor, pérdida de fertilidad, obesidad, diabetes, daños al sistema inmune y cáncer en tiroides, mamas, ovarios, testículos o próstata, entre otros.

Si te preocupa el olor de tu hogar lo más útil es garantizar una buena ventilación a diario. Abre las ventanas un rato cada mañana y dejar que el aire fluya por tu casa.

Si con la ventilación no tienes suficiente considera los difusores de aceites de esencias aromáticas o crea aromatizantes llenando una botella para rociar con agua y aceites esenciales.

Evita productos antibacterianos

En estos productos se utilizan aditivos peligrosos como el triclosán. Se utiliza tanto en productos de limpieza del hogar como en cosmética. En cuanto a sus efectos sobre la salud, su toxicidad ha sido estudiada por numerosas entidades.

Así, el Comité Científico para la Seguridad del Consumidor de la Comisión Europea (SCCS), ha recomendado finalmente limitar su uso.

Elige detergentes y jabones naturales y evita los productos antibacterianos con esta sustancia para uso doméstico. Si necesitas un desinfectante, elige uno que sea a base de alcohol.

Cada vez que compramos productos saludables, además de reducir nuestra exposición a los tóxicos contribuimos a impulsar la producción limpia.


Siguiendo estos consejos, podemos estar tranquilos de nuestra salud y la de los nuestros estará mucho mejor.

Si deseas conocer más sobre cómo purificar el aire de manera segura y saludable te recomendamos leer este post sobre purificadores de aire

Puedes aprender más sobre salud y bienestar en nuestra escuela del agua y bienestar