El gas de hidrógeno actúa como un poderoso antioxidante y se ha demostrado que protege a las células incluso de las especies de oxígeno reactivo más citotóxicas. Específicamente, se ha demostrado que la inhalación de gas H2 suprime las lesiones cerebrales a través de estos efectos.

El H2 apoya al sistema antioxidante natural de su cuerpo a través de señalizaciones internas para la prevención de enfermedades.

En estudios con animales, se ha demostrado que el gas de hidrógeno es extremadamente antiinflamatorio. Mientras que podríamos utilizar más estudios en humanos para respaldar estos hallazgos iniciales, la investigación en pacientes con artritis reumatoide es extremadamente prometedora.

Como ya se ha mencionado, los efectos del hidrógeno en los pacientes con artritis reumatoide han mostrado una disminución significativa del dolor. Este alivio del dolor se debe a la reducción del estrés oxidativo causado por las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes del gas de hidrógeno.

En un estudio con animales, el agua de hidrógeno evitó el desgaste muscular en ratones con distrofia muscular. El hidrógeno también impulsó la producción natural de glutatión, que a menudo se llama nuestro maestro antioxidante. Los efectos del hidrógeno en los atletas y el ejercicio es un área prometedora que vale la pena vigilar.

Se ha demostrado que el agua de hidrógeno reduce la fatiga muscular en atletas de élite después de un ejercicio intenso. Esto se debe a que reduce la acumulación de ácido láctico, lo que mejora la función muscular.

También se ha demostrado que el agua de hidrógeno tiene un efecto alcalinizante en la sangre. Esto es especialmente beneficioso para las personas que son extremadamente activas físicamente porque el ejercicio extremo puede causar acidosis metabólica.

El hidrógeno parece tener efectos en las células que les ayudan a mantener la homeostasis y una modulación saludable. A través de la expresión de genes saludables y el metabolismo celular, el hidrógeno afecta positivamente a los procesos celulares en muchos niveles diferentes.

Se ha demostrado que el hidrógeno reduce el daño cerebral en los pacientes con Parkinson. También se ha demostrado que tiene propiedades neuroprotectoras en general debido a su capacidad para combatir el estrés oxidativo.

Los estudios han descubierto que el hidrógeno aumenta la sensibilidad a la insulina, disminuye el azúcar en la sangre y los niveles de colesterol en la sangre. Estos efectos hacen que el hidrógeno sea una terapia potencial para combatir la obesidad, la diabetes y el síndrome metabólico.

Las mitocondrias son la fuente de energía de las células, lo que las hace directamente responsables de sus niveles de energía día a día. Estudios clínicos en agua rica en hidrógeno han encontrado que mejora la función mitocondrial.

Se ha demostrado que el gas de hidrógeno protege significativamente el ADN contra los daños de la radiación. Lo hace buscando la formación de radicales de hidroxilo.

Con el aumento de las alergias en todo el mundo, esta es una observación interesante. Los estudios han encontrado que en los animales, el hidrógeno a veces puede calmar las reacciones alérgicas. La forma en que el hidrógeno parece calmar las reacciones alérgicas es modulando los procesos celulares y restaurando la homeostasis. Parece que el hidrógeno restaura procesos saludables en todo el cuerpo, lo que hace que sea una buena idea que casi todo el mundo considere tomar.

El hidrógeno parece ser protector contra el cáncer. En este punto, probablemente no te sorprenda ya que sabes cómo el hidrógeno puede proteger contra el estrés oxidativo y el daño al ADN. También se ha observado que el hidrógeno ayuda a reducir los efectos secundarios de la quimioterapia en algunos pacientes.