Numerosos estudios han descubierto cómo reducir el ácido láctico. Cuando nuestro cuerpo comienza a quemar el glucógeno almacenado, empieza a producir ácido láctico.
El ácido láctico proviene de la descomposición de glucosa cuando no hay oxígeno (metabolismo glucolítico). Es decir, en un ejercicio anaeróbico, donde hay mucha intensidad y poca duración. Por ejemplo, levantar pesas o correr a velocidad elevada: cuando estamos bien entrenados, ese ácido láctico se reutiliza y no hay mayor problema.
Pero al realizar un ejercicio intenso, el ácido láctico comienza a acumularse al no darle tiempo al organismo a retirarlo. Esto provoca la acidificación de las fibras musculares, que tiene dos consecuencias importantes:
- Se inhiben las enzimas encargadas de romper la molécula de glucosa para obtener energía. Así se nos corta el suministro de energía a través de esta vía.
- Se impide que el calcio se una a las fibras musculares. En consecuencia, se produce la contracción muscular.
Por tanto, si no nos preocupamos de reducir el ácido láctico en sangre, nos fatigaremos antes y sufriremos contracturas con mayor facilidad.
Así, cuando acumulamos mucho ácido láctico en el cuerpo, no tenemos ni energía ni capacidad para contraer los músculos. Nos fatigamos y lo mejor que podemos hacer es parar.
A su vez, la acumulación de ácido láctico provoca dolor muscular y a una recuperación más lenta. La acidosis metabólica inducida por el ejercicio es común entre las personas muy activas y muchos atletas de élite. Es otro de los efectos silenciados de la acidosis; si sufrimos la acidosis realmente no lo sabemos, pero sí sentimos que no damos lo mejor de nosotros mismos.
Entonces, ¿cómo reducir el ácido láctico acumulado en nuestros músculos?
Un estudio reciente descubrió que el agua rica en hidrógeno puede tener un impacto positivo en el rendimiento deportivo en atletas de élite. Tras dicho estudio, tanto la fatiga muscular y los niveles de lactato (ácido láctico en la sangre) disminuyeron en el grupo de control de élite. Dicho grupo lo formaban atletas que bebieron agua hidrogenada antes de realizar el ejercicio intenso. Durante el estudio fueron controlados por estrictos protocolos de prueba.
Otro estudio similar reveló que beber agua con H2 tuvo también otros efectos beneficiosos sobre los deportistas: la tasa máxima de esfuerzo percibido se redujo considerablemente, así como la acumulación de ácido láctico. El estudio concluyó que «…el agua rica en hidrógeno disminuye el estrés físico durante el pico máximo de esfuerzo durante el ejercicio …».
Una cita de uno de los múltiples trabajos de investigación sobre este tema lo dice claramente:
“Una adecuada hidratación con agua rica en hidrógeno pre-ejercicio reduce los niveles de lactato sanguíneo y evita disminución de la función muscular inducida por el ejercicio”. Kosuke Aoki, et al Medical Gas Research, 2012
Por lo tanto, aparte de saber cómo reducir el ácido láctico, es importante saber que nuestra fatiga también disminuye gracias al agua hidrogenada.
Si eres deportista te recomendamos que pruebes nuestro hidrogenador portátil. Te lo puedes llevar al gimnasio, a la piscina, a tus entrenamientos, etcétera y disfrutar de los beneficios de beber agua hidrogenada.